"Atitayteté" es lo primero que se escucha en un grito salvaje en este sorprendente disco de Chúcaro, sucesor de su primer disco homónimo. Julián Mourin posee una sugestiva voz que recorre diferentes paletas de un rock saltarín del comienzo del disco al formato canción spinetteano de las primeras estrofas de "Solamente aquella luz". Pues, en Chúcaro, cada tema esconde varios temas y así sucede en los distintos tracks del disco que evitan los formatos pegadizos y vendibles, la reiteración y la manufactura de su música en pos de un libre albedrío de la estructura de una canción buscando sensaciones más que ritmos.
Mariano Loredo, Roberto Conolly y Nicolás Soares Netto aportan, cada uno desde sus instrumentos, más que un mero acompañamiento a Mourín, componen, cantan y ejercitan otra forma de libertad musical con un objetivo grupal determinado: sorprender al oyente. "Azul y mágica" reconvierten el estilo reggae en vaya a saber qué ritmo dislocado. "Fuera Telgopor" es una dulce canción de cuna que envidiaría Árbol y que parece salida de Téster de Violencia de Luis Alberto Spinetta por sus agradables arreglos de cuerdas.
En fin, Chúcaro juega con los estilos y los géneros cercanos a la música popular rioplatense y al folklore lo cual no significa que el disco sea retro. Atitayteté es un disco futurista, una mezcolanza de múltiples influencias presentada en una paleta adictiva pero no empalagosa.
Por Luis Gasulla de Elentrepiso.com
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